Recortes sociales en Europa

Si cantara el gallo rojo...

Si cantara el gallo rojo...
...otro gallo cantaría

martes, 22 de junio de 2010

viernes, 4 de junio de 2010

Escribe la madre del periodista David Segarra

Mensaje de una madre al embajador israelí en España

El Periódico


Señor [Raphael] Schutz, embajador de Israel en España: soy la madre de David Segarra Soler [fotógrafo que iba en el convoy atacado por el Ejército israelí en aguas del Mediterráneo]. Son las cinco de la mañana del 2 de junio, amanece en Valencia y acabo de enterarme de la liberación de todos los secuestrados en territorio israelí, entre ellos mi hijo. Debo confesarle que en estos momentos no siento ningún odio ni hacia usted ni hacia el Estado que representa, pero no por un motivo altruista, ni noble, ni religioso, sino por puro egoísmo: el odio destruye. Y un buen ejemplo de ello lo está dando su país al mundo, un país nacido del sentimiento de culpabilidad colectiva de una Europa cobarde que no supo defender a sus ciudadanos judíos de otro odio monstruoso y autodestructivo, el odio nazi. Parece, sin embargo, que la historia no le ha enseñado nada.
Israel está repitiendo las mismas pautas de odio, de muerte, de deshumanización del contrario, de ocupación de territorios, de construcción de muros y alambradas, de soberbia racial. La diferencia es que, ahora, las víctimas ya no llevan una estrella de David cosida en la ropa, ni el gueto está en Varsovia. Está en Gaza y Cisjordania. No quiero contarle el infierno personal por el que he transitado estos días; sería ridículo al lado del continuo y diario dolor de las madres palestinas. Yo soy una afortunada, pues mi hijo David vuelve sano y salvo. Ustedes le habrán podido destrozar su única arma letal, la cámara de vídeo. Pero lo que en su ciego odio olvidan es que los seres humanos tienen ojos, oídos, boca y memoria para contar al mundo todo el horror del que fueron testigos. Y contra eso, señor Schutz, toda su poderosa propaganda no puede hacer nada.

martes, 1 de junio de 2010

Declaración de principios de CORRIENTE ROJA


Somos conscientes de la enorme debilidad política de la clase trabajadora, las luchas populares y los movimientos sociales; de la magnitud de las tareas que tenemos por delante, de la importancia de partir de los procesos de resistencia y las luchas concretas para la construcción de Corriente Roja como organización de clase, democrática y revolucionaria y de generar, junto a otras sensibilidades, un Frente de Izquierda, capaz de crear una alternativa al régimen borbónico y, en definitiva, al sistema capitalista. Estamos convencidos de que, frente al reformismo de la izquierda institucional, que esteriliza tantas luchas en pos del inalcanzable objetivo de suavizar el neoliberalismo, la transformación radical del sistema, mediante la expropiación del capital y la construcción socialista, basada en la democracia de los trabajadores, son las únicas alternativas posibles a la barbarie.

Estos son los puntos de los que partimos:


1.- Nuestras señas de identidad.

Corriente Roja es una organización política plural, soberana y autónoma de cualquier formación política que, contribuyendo a la formación de un Frente de Izquierda, desarrolla su línea de intervención allá donde sus órganos colectivos lo decidan con el objetivo de la transformación socialista de la sociedad.
Corriente Roja pondrá en práctica una estrategia definida por su carácter marxista revolucionario, feminista, internacionalista y ecologista.
La base organizativa de CR son los núcleos. La estructura interna permite la coordinación de los núcleos. Los núcleos implementan su acción política tras debatirla en las coordinadoras de zona, las cuales llevan sus propuestas y discusiones a la coordinadora estatal en la que están representadas dichas coordinadoras territoriales y que decide en función de las líneas políticas generales acordadas en los Encuentros Estatales. La militancia en CR no entra en contradicción con la pertenencia a otros partidos políticos o movimientos sociales de cualquiera de las tradiciones o sensibilidades políticas que se reclaman del marxismo o el anticapitalismo.

2.- No hay democracia mientras haya necesidad, explotación y dominación.

Consideramos que bajo el capitalismo no hay ni puede haber ninguna verdadera democracia, porque la democracia burguesa es una falsa democracia formal, construida sobre la apropiación efectiva de los medios de producción por parte de una minoría social privilegiada. Para nosotros y nosotras la primera libertad es la libertad de comer, de vestirse, de tener hogar, educación, esto es, lo imprescindible para vivir con dignidad. Sin ello, las demás libertades son una proclama falaz. Como a Rosa Luxemburg, no nos mueve la finalidad de hundir la democracia, sino la de construir una verdadera democracia socialista basada en el poder de la clase trabajadora en la democracia directa y el derecho de revocación en cualquier momento de dirigentes y cargos públicos, cuyos salarios han de ser los de un trabajador cualificado.

3.- República, Autodeterminación y Socialismo

Corriente Roja entiende necesario rechazar el proceso de “Transición”, que significó la perpetuación de los principales aparatos estatales del franquismo y la amnistía de sus crímenes, y que ha posibilitado el cercenamiento de las conquistas históricas alcanzadas por la clase obrera y los pueblos en la lucha antifranquista. Romper con los presupuestos del llamado “pacto constitucional” y recuperar los contenidos de la ruptura democrática, es un postulado básico sin el que no hay izquierda digna de tal nombre.
En este proceso cobra gran importancia la lucha contra la monarquía y la reivindicación de la república (o las repúblicas, si las naciones oprimidas así lo deciden), dado que la monarquía es una pieza clave del entramado político-institucional cada vez más dictatorial, que garantiza la dominación de una oligarquía, antes franquista, y ahora “europeísta” y respetable. Buena prueba de ella es la declaración pública del rey pidiendo el sí a la OTAN en el Referéndum de 1986, su vergonzoso papel en la Cumbre Iberoamericana de Chile de 2007, a la que acudió para representar a las multinacionales españolas, mandando callar como un déspota colonial o su protagonismo en defensa de un ”Pacto de Estado” ante la crisis. La lucha contra la monarquía es la clave sobre la que construir la necesaria unidad entre las fuerzas soberanistas e independentistas de todo el Estado y el anticapitalismo comprometido con la autodeterminación. En consecuencia, cualquier otro debate sobre la futura articulación territorial del Estado debe ser secundario para quienes estemos de acuerdo con dos prioridades: acabar con la monarquía y aplicar la autodeterminación, lo que supone el derecho concreto a decidir la independencia.

4.- Libertades políticas, Derogación de la Ley de Partidos y Amnistía total

Por lo tanto creemos que el término “democracia” no define correctamente la realidad política que vivimos en el Estado español, porque ni siquiera se cumplen los mínimos democráticos que dicen defender los demócratas burgueses. La Ley de Partidos, creada en principio para el exterminio político de la izquierda patriota vasca, tiene una formulación tan abstracta y difusa, que puede ser aplicada a cualquier movimiento que cuestione de manera nítida las bases del régimen, es decir, a cualquier movimiento realmente opositor y, por tanto, revolucionario. Uno de los ejemplos más flagrantes, fue el intento de ilegalización de la candidatura a las elecciones europeas Iniciativa Internacionalista-La solidaridad entre los pueblos. A esto hay que sumarle las torturas, los cierres de periódicos o medios alternativos, la censura contra grupos de música críticos y los numerosos atentados a los derechos a huelga, asociación, reunión o manifestación.
España no es una nación, sino una cárcel de pueblos, y el legítimo derecho de cualquier pueblo a decidir colectivamente su propio futuro y, dentro de éste, su organización social y estructura política, es el reverso de las pretensiones de dominación violenta del imperialismo en todo el mundo. La lucha contra el régimen monárquico, por la derogación de la Constitución de 1978 y por el Derecho de Autodeterminación de los pueblos son elementos centrales de la construcción de la necesaria unidad de acción entre las fuerzas de la izquierda independentista de las naciones oprimidas y las fuerzas de izquierda de ámbito estatal. Ningún debate sobre la futura articulación territorial del Estado debe ser obstáculo para esta unidad de acción. Y de la misma manera que luchamos de forma incondicional por el derecho de las naciones oprimidas a su independencia, defendemos la libre unión de los pueblos como la mejor fórmula para los intereses de la clase trabajadora y el socialismo.
La defensa intransigente del Derecho a la Autodeterminación de los Pueblos es, además, condición imprescindible para unir a los trabajadores y a las trabajadoras de todas las naciones en la lucha común contra la opresión y por el socialismo.

5.- Por una izquierda revolucionaria.

En coherencia con este marco ideológico, estimamos que el capitalismo no es reformable. De hecho, el reformismo real ha desaparecido como propuesta política de entidad incluso en la socialdemocracia, en donde hace tiempo que se ha erigido como hegemónico el neoliberalismo de la conocida como “Tercera Vía”. La política del PSOE ha demostrado ser prácticamente indistinguible de la del PP. A pesar de escenificación de un falso enfrentamiento entre los dos partidos mayoritarios, ambos han sido cómplices en la mayoría de las decisiones que afectan a la vida real de las mayorías sociales, tales como el abaratamiento del despido, la reducción de las pensiones, las ilegalizaciones de partidos revolucionarios, las invasiones imperialistas como Afganistán, Líbano o Haití, la privatización de la educación mediante el Plan Bolonia y muchas otras. Con respecto al PCE e IU, el vaciamiento programático, la instalación en lo políticamente correcto y la subalternidad al PSOE (que se concreta en los pactos globales para compartir alcaldías) hacen más acuciante que nunca hablar en serio de la reconstrucción de la izquierda revolucionaria. Una izquierda que comprenda que tanto el PSOE como el PP son los representantes de clase del enemigo.
El capitalismo no puede subsistir si no es incrementando las desigualdades y la injusticia por medio de la rapiña, las matanzas de seres humanos y la represión. Por ello, en última instancia, toda lucha contra la injusticia alcanza su sentido como lucha anticapitalista, porque a la postre cualquier enfrentamiento a la injusticia orada los intereses de las clases dominantes. Corriente Roja aspira a convertirse en un referente de la izquierda revolucionaria y anticapitalista.

6.- Al servicio de las luchas hacia la revolución.

Por ello, creemos vital la participación en los movimientos sociales. Sin negar el hecho de la coexistencia, dentro de los movimientos sociales, de organizaciones y personas que no se consideran anticapitalistas, el carácter de conjunto de los movimientos, las injusticias que denuncian, las reformas sociales, políticas y económicas y de otra índole que en su seno se discuten, y sus propias dinámicas, en suma, pueden convertirse en, o lo son ya, movimientos anticapitalistas. Nuestra participación en los movimientos sociales se ha de llevar a cabo de manera horizontal, asumiendo su pluralidad y su forma asamblearia y democrática de organizarse. Pero igualmente aspiramos, de manera respetuosa y paciente, a potenciar en cada movimiento su contenido político, su orientación de clase y anticapitalista, el objetivo de construcción de una sociedad socialista y el anhelo del comunismo como razón de ser latente de cualquier movimiento verdaderamente emancipador. Ello nos obliga a tener siempre presente, en cada acción concreta de los movimientos, el objetivo final revolucionario.

7.- La organización política al servicio de, y no sustituta, de la lucha.

La aspiración revolucionaria se concreta en otorgar prioridad a la movilización obrera y popular, a la organización, a la construcción de tejido social y a la lucha ideológica. No quiere decir que renunciemos a la representación institucional, pero sí que hay que invertir la dinámica en la que se han enfangado los partidos políticos de izquierdas. La movilización social no puede ser un mero soporte de la representación institucional. Al contrario, la representación institucional y otras formas de representación política tienen que ser la voz de la organización y movilización de las capas populares para su emancipación.

8.- Autogestión y democracia interna.

Una organización que declara su intención de acabar con un sistema está incapacitada para llevar a cabo su objetivo si su acción queda condicionada por la dependencia económica de dicho sistema. Por ello Corriente Roja rechaza las subvenciones estatales, apostando por la autofinanciación. Además, ningún movimiento emancipador es creíble si no combate decididamente la burocratización, las estructuras anquilosadas, la pereza mental y la carencia de crítica, en suma, si no potencia la más amplia democracia interna del propio movimiento y de las organizaciones de izquierdas.
Además, sólo la más amplia democracia interna en la discusión permite después la disciplina colectiva para respetar y llevar adelante los acuerdos tomados.


9.- Por un movimiento obrero democrático, de clase y combativo.

La colosal crisis económica que ya se ha iniciado augura un periodo de profundas agitaciones sociales, lo que exige una política sindical que trate de impedir que las consecuencias de la crisis caigan sobre los hombros de la clase trabajadora. En nuestro proyecto emancipador ocupa un lugar cardinal la necesidad de reconstruir un movimiento obrero combativo, democrático y transformador. En contra de las interesadas proclamas del que se llamó “pensamiento débil”, que tanta polvareda levantó en una parte sustancial de la izquierda, para nosotros, la clase obrera, aun cuando hoy pueda ser sustancialmente más compleja y fragmentada, abarcadora de grupos sociales más variopintos y con vivencias y grados de conciencia muy diferentes, no sólo sigue existiendo como clase social, sino que conforma un sujeto revolucionario central. Por otra parte, constatamos la emergencia de nuevas realidades – especialmente la gran precariedad que afecta a un tercio de la clase trabajadora y el mantenimiento de un elevado nivel de paro estructural-, así como la inauguración de nuevas formas de organización del trabajo, que nos obligan a estudiar la reformulación de los métodos de lucha sindical, precisamente para mantener su contenido transformador y romper la dinámica de burocratización sindical. Lo que no ha variado es el nudo de la dominación que continúa siendo la propiedad privada capitalista sobre los medios de producción. Sobre la propiedad privada se asienta la extracción de la plusvalía, y es, en esta medida, el corazón de la lucha de clases. Toda acción reivindicativa del movimiento obrero ha de tener como horizonte la apropiación por los trabajadores y trabajadoras de los medios de producción, es una larga y compleja lucha contra la apropiación de la plusvalía por los capitalistas. Por ello mismo, es también una lucha por conquistar espacios de poder para la clase obrera frente a la clase dominante, sin que la lucha y la conquista necesaria de las reformas parciales nos haga perder la certeza de que sólo la conquista del poder mismo por la clase trabajadora hará efectiva su definitiva emancipación.
El movimiento obrero debe ser parte activa en los movimientos de liberación nacional, porque son dos caras de la misma moneda y porque la lucha contra la opresión de un Estado imperialista cobra su significado último como lucha de clases. También debe luchar contra la discriminación laboral de la mujer, por el reconocimiento del trabajo no visibilizado, en definitiva, por la igualdad; exactamente lo mismo en lo que atañe a los y las compañeras inmigrantes, miembros de nuestra clase.
Para volver a edificar el proyecto histórico de transformación social, la búsqueda de una vital coordinación de los distintos sindicatos soberanistas y de clase en torno a determinadas luchas concretas tiene carácter estratégico. Sólo será posible en un marco de intensificación de la lucha de masas capaz de vincular los diferentes sectores del trabajo asalariado, incluyendo, por supuesto a las trabajadoras y trabajadores inmigrantes y con objetivos no sólo económicos sino políticos. La recuperación de un sindicalismo asambleario, de base, reformulando la representación y asegurando el control democrático del colectivo, son elementos fundamentales. Ante las enormes dificultades que plantea la creciente división sindical creemos importante abordar experiencias de unidad de acción del sindicalismo crítico y combativo, como pretendió ser el abortado proceso de la ILP de las 35 horas.

10.- En defensa de lo público, no a las privatizaciones.

La construcción de la respuesta de clase y popular a la privatización de los grandes sistemas públicos de servicios sociales, sobre todo de la sanidad y educación es esencial para Corriente Roja. Aunque el proceso comenzó hace décadas, en educación en los años 80 con la generalización de los conciertos y en sanidad en 1991 con el Informe Abril Martorell, es momentos en los que la crisis arrecia cuando el asalto del capital privado a los servicios públicos adquiere dimensiones generales. Como elemento consustancial al desarrollo del capitalismo en crisis, las decisiones políticas claves de las privatizaciones cuentan con el apoyo de la inmensa mayoría de las fuerzas políticas institucionales, con el silencio cómplice de las burocracias sindicales y la decisiva colaboración de los medios de comunicación, tanto para justificar las privatizaciones, como para silenciar o criminalizar las protestas populares.
Para asegurar el éxito de este proceso se aprobó la Directiva Bolkestein de la UE que preconiza la privatización de todo tipo de servicios sociales, mientras exime a las empresas del cumplimiento de la legislación laboral, medioambiental...etc, del país en que operen pudiendo imponer la vigente en sus países de origen.
Para la sanidad, la educación y los servicios sociales Corriente Roja propone sistemas públicos, únicos (sin participación privada), universales, gratuitos y gestionados democráticamente por trabajadores y usuarios.
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11.a.- Sanidad
En sanidad, la Ley de Nuevas Formas de Gestión (Ley 15/97) dio el pistoletazo de salida a la financiación con dinero público de hospitales construidos y gestionados por grandes empresas privadas (Dragados, Sacyr, FCC, Acciona...). Esto conlleva una reducción y precarización del personal sanitario, además de las consecuencias obvias de la lógica del beneficio: abandono de la prevención, selección de los pacientes “rentables”... Algunas CC.AA como Madrid, País Valenciano y Cataluña van en vanguardia de un proyecto privatizador que contó con el apoyo del bloque PP-PSOE- CiU, PNV y CC en el Congreso y se extiende a todo el Estado independientemente del color político de cada gobierno autonómico. La introducción del copago sanitario y farmacéutico, viabilizado como “Pacto de estado por la sanidad” para evitar costes electorales, que avanza con fuerza justificado por la “insostenibilidad del sistema ante la crisis”, serviría al objetivo de desincentivar el uso de la sanidad a enfermos crónicos, personas mayores y pobre en general, esencial para asegurar los beneficios.
La construcción de un movimiento amplio e independiente de los poderes económicos y políticos, un movimiento de usuarios y trabajadores de la sanidad, en contra de la privatización y por la derogación de la Ley 15/97, en cada nacionalidad y región, con voluntad de coordinación estatal, es trascendental para Corriente Roja

11.b.- Enseñanza
En educación, la Ley Orgánica 8/1985 generó los colegios concertados, que son colegios privados financiados con dinero público. En estos centros, la mayor parte religiosos, es una realidad el cobro de sobreprecios, el pago de salarios-basura y los mecanismos para la selección ideológica del alumnado. Más recientemente, a nivel universitario, la LOU creó la ANECA y el Consejo Social, dos órganos “universitarios” pero de participación fundamentalmente empresarial. A través de estos órganos, las empresas privadas asumen la gestión económica de la universidad, la aprobación (o no) de cada plan de estudios y la creación de un ranking mediante el cual las universidades competirán por la financiación (que asimismo es progresivamente privada, al igual que las becas-préstamo ofertadas por el Santander y otros bancos). Esta ley, creada por el PP pero luego maquillada y asumida por el PSOE con el voto favorable de IU, supone un punto de inflexión en el proceso de desmantelamiento de los servicios públicos en el Estado español. Los distintos gobiernos estatales y autonómicos no han dudado en someterse al llamado Plan Bolonia, plan recomendado por la Comisión Europea a instancias, a su vez, de la OMC. Al calor de este proceso  se vienen efectuando brutales subidas de tasas, incluyendo la práctica privatización de la carrera docente, con el Máster obligatorio para opositar y la compra de puntos mediante el tongo de los cursos on-line. El bloque PSOE-PP pretende convertir la educación en un espacio para la acumulación de capital, por lo que es crucial salir en defensa de una conquista histórica de las luchas populares, como fue la educación pública. Corriente Roja defiende la derogación de la Ley de colegios concertados, de la LOU y de toda la legislación privatizadora del Plan Bolonia, y participa en la auto-organización estudiantil para hacer frente a estos graves procesos.

12.- Solidaridad internacionalista y antiimperialista.

Una parte central de nuestra acción ha de ser la lucha contra el imperialismo, y en particular, contra la guerra imperialista. El militarismo a ultranza de EEUU y la OTAN es la manifestación más sangrienta y descarnada del imperialismo que se inserta hoy, como nunca antes, en el proceso de acumulación capitalista. El imperialismo ha hecho desembocar a la humanidad en un estado de guerra permanente, y de forma simultánea, pretende militarizar al conjunto de la sociedad con el pretexto de la “defensa de la democracia” o “lucha contra el terrorismo”. La de EEUU es una economía patológicamente dependiente de la industria militar. Es por ello que las continuas agresiones imperialistas promovidas por el Pentágono cobran sentido, no sólo para alcanzar el dominio del mundo y para apropiarse de recursos energéticos, sino por la simple necesidad de crear demanda para sus fábricas de muerte.
La lucha contra el imperialismo y sus guerras no puede disociarse de la lucha contra el capitalismo, ni de la movilización por la retirada de las tropas españolas de Afganistán y el fin de la ocupación de Iraq y Afganistán, por la retirada de todas las tropas españolas en misiones de la OTAN o la ONU (Líbano, Kosovo, Haití), por la salida de la OTAN y por el desmantelamiento de las bases americanas, contra el expolio de los países latinoamericanos por parte de las multinacionales españolas.

13.- El imperialismo subordinado de la UE.

Las contradicciones interimperialistas entre EEUU y las potencias centrales de la UE, que se hicieron particularmente visibles durante la invasión de Iraq, tienen sus limites en la defensa común de la estabilidad del sistema capitalista mundial del cual forman parte, con la UE como imperialismo subordinado. El imperialismo europeo se ha mostrado aquí tan asesino como el norteamericano, del que es servicial aliado político y militar en Afganistán y todo Oriente Medio. La estrategia aplicada desde las potencias centrales de Europa para desestabilizar los Balcanes mediante la intervención militar e imponer su dominación en la región, así como las acciones militares de Francia en diversos países de África, demuestran su naturaleza imperialista depredadora.
La crisis griega ha mostrado crudamente que la UE es un instrumento del capital financiero alemán y francés, que ha convertido a Grecia en un protectorado económico con el fin de imponerle un brutal retroceso social para que los bancos acreedores, alemanes, franceses y británicos, sigan embolsándose millones. La UE es un engendro antidemocrático e irreformable, un bloque imperialista contra los trabajadores y los pueblos para lanzar una ofensiva destinada a hacernos retroceder décadas.
La Unión Europea es fruto de un pacto entre potencias imperialistas, bajo el núcleo duro del eje franco-alemán, para ubicar a las burguesías europeas en mejores condiciones para competir por los mercados a escala mundial. Desde el Tratado de Maastricht hasta el de Lisboa, pasando por la abortada Constitución Europea, todos ellos han dejado de manifiesto su carácter de instrumento de las burguesías imperialistas. En esta crisis del sistema capitalista aparece aún con mayor claridad su naturaleza de instrumento privilegiado de la unidad burguesa contra los trabajadores y trabajadoras europeos.
La necesaria apuesta por la salida de la UE debe ir acompañada de forma inseparable por el trabajo más decidido en pos de la unidad de la clase obrera europea hacia la consecución de una Europa de los Trabajadores y los Pueblos.

14.- Crece la resistencia antiimperialista de los pueblos.

Crece la resistencia de masas en Oriente Medio y América Latina. Oriente Medio se está convirtiendo en un nuevo e inmenso Vietnam para el imperialismo. Corriente Roja apoya la legítima resistencia que en países como Palestina, Iraq o Afganistán enfrenta a la ocupación, (de n. centro) así como apoya a los pueblos que han iniciado una andadura de emancipación y de transformación social en América Latina o en cualquier parte del globo y estará al lado de cualquier país agredido por el imperialismo.
La única alternativa a la barbarie imperialista mundial, al empobrecimiento de la clase trabajadora y a la esclavización de los pueblos, a la guerra preventiva permanente mundial, al recorte de libertades y a la generalización del autoritarismo, es la movilización internacional contra el militarismo y la guerra, la destrucción del orden capitalista internacional y la construcción del socialismo a escala europea y mundial.

15.- Feminismo de clase, revolucionario y socialista.
Para Corriente Roja, el feminismo de clase es un componente estructural de nuestro proyecto emancipador y revolucionario entendido como la superación de toda opresión y dominación. La lucha contra el patriarcado, por la liberación de la mujer y por la igualdad real entre géneros no nos ajena pues la sufrimos cada día como mujeres y la toleramos como hombres. Las mujeres trabajadoras padecemos una doble explotación, como trabajadoras y como mujeres: la opresión de clase y la opresión de género como parte indisoluble de aquélla. En consecuencia, la emancipación humana tiene como contenido imprescindible la emancipación de la mujer. En este sentido, el feminismo socialista enriquece y dota de sentido completo al propio movimiento obrero. No puede haber revolución sin las mujeres trabajadoras. Por lo tanto, el feminismo revolucionario y socialista debe ser una parte central de nuestro discurso y de nuestra práctica.

13.- Defendemos el futuro de la tierra frente al capitalismo
Queda pendiente de elaboración posterior.


Los anteriores son los principios esenciales que definen a grandes rasgos el proyecto político de Corriente Roja. Son principios básicos en todos los movimientos revolucionarios desde hace décadas, pero que se mantienen vivos porque aún no se ha alcanzado la transformación a que aquellos movimientos se conducían. Son principios, por tanto, no del todo nuevos. Es evidente que existen realidades nuevas que hay que estudiar y que es preciso analizar de qué manera ha de urdirse hoy la organización de las trabajadoras y trabajadores y de las capas populares para enfrentar la barbarie a que nos conduce la decadencia capitalista. Ahora bien, portavoces intelectuales de círculos socialdemócratas, y no sólo socialdemócratas, han pretendido utilizar la constatación simple de la naturaleza mudable de la realidad para declarar solemnemente obsoletos los principios en los que se fundó el mismo nacimiento del movimiento comunista. Es una trampa argumental que intenta justificar la renuncia a un mundo diferente. Nosotros, muy al contrario, consideramos que quienes desprecian los principios como anquilosados quieren justificar vetustas injusticias con novísimas máscaras. Nuestra respuesta es apostar por una reapropiación crítica y dialéctica de las ideas de Marx, Engels y Lenin, de las escuelas de pensamiento revolucionario y de las experiencias de la clase obrera y de los pueblos, así como de las de tantos otros luchadores y luchadoras que dieron su vida por el socialismo.
Desenmascarar la falacia ideológica, construir la crítica radical, la lucha ideológica, por darle el nombre clásico, es, pues, una labor fundamental en nuestra acción. Como decíamos al principio la debilidad es grande y la tarea ardua, pero la necesidad histórica de construir una alternativa global al capitalismo es más evidente y urgente que nunca, a pesar de la enorme desarticulación social en la mayor parte de las ciudades y pueblos.
Corriente Roja, al tiempo que apuesta decididamente por su propia construcción como organización política revolucionaria, siente – como otros muchos luchadores y luchadoras, movimientos sociales y sindicatos alternativos - la necesidad y urgencia de agrupar sectores y fuerzas anticapitalistas con el objetivo de crear un Frente de Izquierda, en el que la lucha por el socialismo y por los derechos nacionales de los pueblos sean objetivos indisociables, flexible en el interior de su radicalidad, basado en la convivencia de concepciones plurales, que respete la autonomía de los movimientos sociales, para quien las elecciones y las instituciones no sean un fin en sí mismo, sino una palanca al servicio de la movilización y la transformación socialista de la sociedad. Esa es nuestra tarea impostergable.

Modificada en el V Encuentro Estatal de Corriente Roja.
Mayo de 2010