Recortes sociales en Europa

Si cantara el gallo rojo...

Si cantara el gallo rojo...
...otro gallo cantaría

lunes, 28 de diciembre de 2009

2010 Centenario del Nacimiento de Miguel Hernández


Antonio José Gallardo Rodrigo

Hay quien aún quisiera matarlo de nuevo,en la cárcel y a enfermedades,pero el ser humano sólo muere una vez y Miguel era humano,demasiado humano. Los que siguen sin condenar su herencia franquista se han atrincherado en el Ayuntamiento del pueblo que lo vio nacer y hacen malabarismos para rematarlo,para ensuciarlo con su mala hiel pero no pueden por que Miguel ya no es una vida asesinada por el fascismo,ya no es solo Miguel, sino que el pueblo trabajador lleva algo de él,y sólo acabando con el pueblo podrán volver a matarlo...

Pero no es ahora cuando empiezan los insultos por la mala tinta de unas hojas infectadas de rabia: el mayor insulto empieza cuando se tolera desde el pueblo y las distintas asociaciones que un Ayuntamiento gobernado por esta gente pueda homenajearlo.¿Cómo se concibe que los herederos de aquellos que lo asesinaron quieran homenajearlo? ¿Alguien no veía ya en eso un despropósito? ¿Cómo se concibe que un Republicano y Comunista -llegado el caso- pueda recibir el Premio Príncipe de Asturias?

No seré yo quien culpe tan solo a los gobernantes de los distintos despropósitos porque para mí tengo muy claro,que en este Ayuntamiento,la oposición no es más que un pilar del mismo sistema que tanto combatió, no ya solo con su obra poética sino también con su fusil; porque Miguel Hernández empuñó el fusil para combatir a los asesinos golpistas por un sistema de Justicia y Libertad donde los terratenientes y los especuladores no tenían cabida y sabemos muy bien quiénes gobiernan los distintos Ayuntamientos de la comarca que con distinta marca,llamense psoe llamense pp, lo enmierdan todo.Corrupción sistémica de la que todos los partidos forman parte.Como diría Blas de Otero “aquí no se salva ni dios...lo asesinaron”.(Yo supongo que los mismos que luego hicieron negocio con las iglesias pero ese es otro cantar).

Si Miguel vive entre nosotros no es por el legado de su obra escrita tan solo,sino por su lucha, por la lucha republicana...y por eso a Miguel lo llevamos tan solo aquellos que seguimos luchando por que los otros,aquellos que tanto lo recitan y lo admiran tan solo por su obra y no por su compromiso habría que decirles a lo Gabriel Celaya que “la poesía es un arma cargada de futuro”pero también “Maldigo la poesía concebida como un lujo/cultural por los neutrales/que,lavándose las manos,se desentienden y evaden./Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.”

Miguel Hernández tomó partido y luchó,fusil en mano, contra los golpistas,muchísimos de los cuales siguen viviendo en sus nietos que hoy gobiernan tantos y tantos Ayuntamientos,Comunidades y hasta el propio Gobierno Central, y no hablamos sólo de unas siglas, PP, sino igualmente las del PSOE.etc¿Renegaríais de vuestros antepasados por haber sido fascistas?Muchos tendrían que callar.Muchos.Y hablamos de criminales,de genocidas.Pero muchos tendrían que callar.

Es,en fin, imperdonable,que se haya consentido este sin sentido de delegar en una institución del Estado el homenaje que solo el pueblo puede darle a Miguel.Porque no olvidemos que aún no vivimos más que en la continuación del franquismo con el heredero de la corona.Porque no olvidemos que no vivimos bajo la libertad de la República por la que Miguel luchó.Concibiendo la poesía como Miguel, el único homenaje posible será la lucha por la República.

Los insultos,las carcajadas,la blasfeminia....no duelen más que la indiferencia del pueblo por el que Miguel entregó su vida.

Los que siguen luchando por la recuperación de la legitimidad republicana son el mejor homenaje a Miguel.Los demás no merecen mención.

“Ayer amaneció el pueblo
desnudo y sin qué ponerse,
hambriento y sin qué comer,
el día de hoy amanece
justamente aborrascado
y sangriento justamente.
En sus manos los fusiles
leones quieren volverse
para acabar con las fieras
que lo han sido tantas veces.

Aunque le falten las armas,
pueblo de cien mil poderes,
no desfallezcan tus huesos,
castiga a quien te malhiere
mientras que te queden puños...”

Se vistan del color que se vistan las hienas,se pongan las marcas electorales que se pongan,desenmascaremoslos: no dejemos que se beneficien de nuestro poeta,del poeta del pueblo,los que aún hoy sufrimos los golpes de esta “democracia” consentida por el fascismo.

Nuestro homenaje es seguir con la lucha que tú dejaste.

¡Viva la República Socialista!¡Abajo la monarquía,heredera del franquismo!
2010, centenario de Miguel Hernández: comienzan los insultos al autor de “Viento del Pueblo”.

El canto del cisne de un poeta, así se llama el libro de Miguel Barcala Candel. Librillo que inventa una estúpida biografía a la que siguen unas palabras que pretendiendo ser poesía no son más que un puñado de frasecillas que no alcanzan la categoría de verso ni por casualidad.

Miguel Barcala Candel no sabe escribir. Lo hace de forma patética y vomitiva. Pero lo peor es que su librillo pretende ser un homenaje a Miguel Hernández en su centenario.
¿Pero no sabe quién fue Miguel Hernández? ¿Miguel Barcala Candel no ha comprendido nada del legado de Miguel Hernández? Sería de ingenuos pensar que es así. No estamos ante un ignorante, sino ante un manipulador.

Un centenar de páginas repletas de engaños, porque la vida y obra de Miguel Hernández son una misma cosa y siendo inseparable e imposibles de relegar al ostracismo se recurre a la mentira. Los fascistas de este país tienen pesadilla cada vez que un joven se acerca a Miguel Hernández y pretenden inventarse otro Miguel, pues los jóvenes ansían ser libres y buscando referencias encuentran al poeta oriolano.

El invento consiste en una biografía que se pone en boca del propio Miguel para señalar que era ególatra, que no buscaba más que permanecer en el tiempo gracias a sus versos: pero si perdura en la memoria de nuestro pueblo no es solo por sus versos si no por su conciencia y compromiso, por su humildad y por ser parte de nosotros, del pueblo, y no por creerse nunca superior.

Señala el autor de la cosa esta que Miguel murió solo. Pero eso no es cierto: Miguel Hernández no murió solo. Lo que ocurre es que a algunos les gustaría que hubiese muerto solo y hubiese sido olvidado.

Pareciera, también, que Miguel se arrepiente de haber dejado su fe religiosa. Un acto de liberación ideológica, la superación de los condicionamientos sociales, aparece como un error. El momento más bello de una persona es ultrajado. Cuando muere la persona que debía ser y nace el Miguel que quería ser nos encontramos ante el cuestionamiento de la sociedad. Los fascistas no lo toleran.

Aún tiene el personajillo la desfachatez de señalar que los amigos de verdad de Miguel fueron los fascistas, y de señalar que la Guerra Civil fue culpa del pueblo. Y equipara la derecha, la muerte, con la vida; y la izquierda, la justicia social, con la muerte. Sería cómico si n o fuese trágico, si no fuese escupir sobre Miguel.

Sandeces y sinrazones varias prosigue escribiendo, pero con lo señalado es más que suficiente. Este fascista no merece más tiempo: cada palabra es un insulto a la inteligencia, al conocimiento y al sentido común.

Y sobre los supuestos poemas, ¿qué decir? No hay ninguno que merezca la pena ser leído, ni por forma ni por contenido.

Sirvan para situarlos: odas a los toreros, al imperio español, a los políticos del PP; ataque a la memoria histórica, insultos a las víctimas del franquismo y a sus familiares, a los valores democráticos, a los pueblos que luchan por su libertad...

¿El canto del cisne de un poeta? La obra de un fascista. Un fascista arropado y relanzado por un gobierno municipal facistoide, el equipo de gobierno del PP de Orihuela, utilizando el nombre de Orihuela para la divulgación de tal bazofia.
No es de extrañar las declaraciones de la Concejala de Cultura, Pepa Ferrando y de otros miembros del P.P. , defensores de los principios de esa España oscura, conservadora y fascista. Es una vergüenza la imagen que estos personajes están dando de Orihuela a nivel nacional e internacional. Por ello pedimos la dimisión de la Alcaldesa de Orihuela, de Pepa Ferrando y de todo el equipo de Gobierno, máximos responsables de toda esta situación.
Hacemos un llamamiento a todas las organizaciones y partidos políticos a combatir todos estos actos y actitudes, haciendo frente a esta ofensiva de este fascismo del sigloXXI.
No dejemos que de nuevo vuelvan a matar a Miguel.


En Orihuela, 25 de diciembre de 2009.


ATENEO SOCIO-CULTURAL VIENTO DEL PUEBLO
ASOCIACIÓN DE VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO 17 DE NOVIEMBRE
MOVIMIENTO CIUDADANO POR LA III REPÚBLICA MIGUEL HERNÁNDEZ.

martes, 22 de diciembre de 2009

¡Es el capitalismo!

Un artículo del jurista Javier Ramos Sánchez



inSurGente.-


El pasado sábado, día 12, los sindicatos españoles CCOO y UGT, con el apoyo de la izquierda hundida y entregada, se dedicaron en la capital del reino a escenificar, una vez más, su proyecto sindical estratégico: renunciar a la lucha y sostener el sistema capitalista, con sus crisis y excrecencias, a cambio de algunas migajas para la aristocracia obrera a la que representan y para ellos mismos, esto es, para sus corruptas estructuras aparateras.

No vamos a perder el hilo de la cuestión citando los enésimos «pactos» entre la patronal, el Gobierno que gestiona los intereses de la patronal y la camarilla de cuadros sindicales abducidos por aquellos dos. No voy a citar los millones de euros que ambas centrales sindicales acaban de percibir este año en concepto de... ¡qué más da el concepto! para taparles la boca y la de las bases que representan, ahora que otra crisis cíclica del sistema se ceba sobre los sectores populares. Baste recordar que en el año 2008 recibieron ambas centrales sindicales nada menos que 14,7 millones de euros para remunerar, entre otras, sus actividades «consultivas». Si a eso le unimos los centenares de delegados sindicales liberados a tiempo completo y los fondos que se obtienen con la excusa de una formación-basura y clientelar, es bastante comprensible que no muevan un sólo dedo si no es para pasearse una soleada mañana de domingo por las calles de la Villa y Corte en animada charla y con el beneplácito de la autoridad competente, por supuesto.

Una vez más, y con la lección bien aprendida, nos sueltan esa letanía de que «hay que repartir equilibradamente los sacrificios» y así poder volver a enderezar al mismo gigante capitalista de pies de barro que genera paro, hambre y guerras con cada una de sus endémicas crisis, a causa de la conocida ley de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia del capital. Cualquier iniciado en marxismo sabe, debería saber, que se trata de una crisis de acumulación de capital, ya que la sobreproducción de mercancías con la que compensar aquella tendencia descendente de la tasa de ganancia no encuentra comprador que cierre el círculo D-M-D': Dinero-Mercancía-Dinero incrementado por la plusvalía. De ahí que se fomentase, irresponsablemente, el crédito, es decir, se jugó con la máquina del dinero para que la gente comprara lo que, a la postre, no podría pagar, en una suerte de peligroso juego piramidal, como así ha sucedido, y todo con tal de seguir engrasando los bolsillos de los especuladores de toda laya.

Y mientras estos simpáticos sindicalistas españoles sesteaban durante toda una década de prodigiosas ganancias para el capital inmobiliario y financiero, a la sombra de la mordida obtenida con los «planes de formación», el sistema iba generando una burbuja de transacciones irreales, es decir, carentes por completo de base productiva, a sabiendas de que cuando explotara, cosa que también conocía, no les salpicaría a los listos de siempre, y que sería el dinero público, es decir, los ingresos obtenidos básicamente de los impuestos de las clases trabajadoras, quien correría a sostener la quiebra que ellos habían provocado.

Y ahora estos desconcertantes concertadores de todo lo concertable nos dicen que hay que repartir sacrificios. ¡Claro que sí! El reparto ya lo conocemos: unos, los banqueros y grandes empresarios, ponen la vaselina y los otros, los asalariados y otras capas populares, el trasero. Con semejantes sindicatos, ¿para qué quiere la clase trabajadora enemigos?

Mientras tanto, nuestro más genuino representante español del presidencialismo buenista e inane, ese ser nefelibata que maneja las riendas del poder con la frívola y bobalicona sonrisa del indigente intelectual, se dedica a contraer deuda pública a espuertas para sufragar los ingentes gastos de una economía de gorrones, lastrada ya en su cúspide por una monarquía que no ha sido refrendada, sino impuesta por el dictador. Una economía, en fin, improductiva y básicamente especulativa, asentada en el ladrillo, el turismo cutre, el despido gratis, los EREs y el PER, mientras se siguen manteniendo los privilegios de una casta de terratenientes aristócratas; cuerpos, clases y cargos ministeriales y otros reductos fascistas de suyo improductivos y reaccionarios, como la Iglesia.

Pero nuestros voluntariosos compañeros sindicalistas, eso sí, se encuentran muy ocupados orlando con su presencia cualquier sarao institucional. Lo mismo firman un documento contra el legítimo derecho que tienen las naciones sin estado a su libre autodeterminación, si se denomina «acuerdo antiterrorista», claro está, que acuden raudos a efemérides institucionales o reciben la medalla de Navarra por su «apuesta por el diálogo social». ¡Jesús, que trote de moqueta llevan estos entregados a la clase dirigente española! No es de extrañar que, más tarde y en justa recompensa, obtengan un puesto de diputado en Las Cortes españolas o una bien remunerada ocupación en alguna escuela de negocios de la Patronal. ¿Desconocen acaso que la «fiesta» del déficit para atender los planes E y las economías «sostenibles» hay que pagarla en 2012, límite que ha puesto Bruselas para reducir el déficit actual del 6% al 3%, como máximo? ¿Y saben estos exquisitos y cándidos sindicalistas cómo se va a sufragar ese desequilibrio? Pues claro, ¡con los impuestos de la clase trabajadora! Pero para entonces el «señor sonrisas» ya se habrá garantizado otros cuatro años de mandato, que es lo que le importa.

El Estado español, con una cifra del 20%, dobla actualmente la tasa de paro de la UE ¿ La causa? No es ninguna maldición bíblica, simplemente se trata de la facilidad y gratuidad que tiene el empresario para no ya despedir, sino simplemente no renovar unos contratos-basura consentidos por estos aguerridos de la pancarta.

Uno de cada tres trabajadores en el Estado español tiene un contrato temporal, Estado que, a su vez, tiene el 25% de todos los contratos temporales de 25 países de la UE. Y a este estado de cosas se ha llegado, no se olvide, a través de sucesivos pactos y acuerdos firmados, una y otra vez, por estos paladines de la causa obrera, y a su enfermiza entrega a la causa del «diálogo» en cuantas reformas laborales han participado. Entre los jóvenes la cifra es absolutamente escandalosa: siete de cada diez tienen este tipo de contrato temporal sin derechos. También se encuentran más contratados eventuales en el colectivo de trabajadores con un nivel de estudios bajo o que cuentan con una formación generalista, en actividades poco cualificadas y en sectores sin especialización, fundamentalmente en la agricultura y la construcción; en empresas de entre 11 y 49 trabajadores y por comunidades autónomas, en Andalucía y en Extremadura. Es decir, que estos abanderados de la «lucha de clases», allí donde son mayoría justamente han propiciado las peores condiciones laborales con su adictiva afición a la firma de «paz social», esto es, esa política sindical de confundir los intereses de algunos trabajadores con los intereses de la clase trabajadora. Y por eso no les ha importado vender el futuro de los hijos a cambio de una generosa prejubilación del padre... y, de paso, del comité de empresa.

Por el contrario, allí donde son minoría, en Euskal Herria, por ejemplo, las condiciones laborales y de prestaciones sociales de la clase trabajadora son sustancialmente superiores, tanto en lo relativo a las condiciones individuales, salario, pensiones, como en lo referente a la negociación colectiva. Lo saben ellos y lo sabemos todos. (INE, 2007: País Vasco, el salario más alto del Estado: 1.971,59 euros/mes. Y la pensión más alta, también en Euskadi con 943,98 euros, según el INSS). Por eso están tratando de arrebatar marcos autónomos de negociación y llevarlos a la capital del reino, que para eso los quieren, para homogeneizar a la baja las condiciones de los trabajadores; otro presente con el que agasajar a la oligarquía española y a su representación política e institucional.

La actual crisis no es, como se dice interesadamente, un error del sistema. Es el propio sistema el error y cuanto antes actuemos contra él, globalmente, mucho mejor para todos y para la propia supervivencia del planeta. Este orden económico es por su propia naturaleza depredador, pues se fundamenta en la acumulación de capital sin límites, ni siquiera para los recursos naturales per se limitados y, por consiguiente, es el propio sistema el que genera el resto de desajustes, carencias e injusticias, incluido el cambio climático, por lo que derrocarlo se constituye ya en una tarea inaplazable. En este afán no sobra nadie. Pero, eso sí, en el desagüe de la historia, junto a esta criminal organización productiva irán todas las que han sido sus adherencias, también aquellas que decían representar a la clase trabajadora y solamente constituían la quinta columna del sistema: el aparato burocrático sindical burgués.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Estado de excepción en el País Vasco


Decenas de miles de personas se manifiestan en Bilbao en contra de la represión






Decenas de miles de personas secundaron esta tarde en Bilbao la manifestación de protesta contra de las detenciones el pasado martes de 35 jóvenes pertenecientes a Segi, el movimiento juvenil de la izquierda abertzale.



La manifestación ha comenzado a las 17.00 horas de la calle Autonomía de la capital vizcaína, bajo la atenta vigilancia de la Ertzaintza. En la marcha han participado significados representantes de la izquierda abertzale, como Jone Goirizelaia, Tasio Erkizia o Rufi Etxebarria, así como representantes de Aralar y Eusko Alkartasuna.




Durante su recorrido, los participantes han reclamado la libertad para los arrestados y han coreado consignas de apoyo a Jarrai y Haika, organizaciones ilegalizadas antecesoras de Segi. Además, han proclamado la lucha como el único camino -"Borroka de bide bakarra­"-, la amnistía para los presos o a favor de la independencia.




Poco antes de su paso junto a la comisaría de la Ertzaintza en la Plaza Zabalburu, los presentes gritaron "Hemen torturatzen da" -aquí se tortura- y "la policía tortura y asesina" o en recuerdo del desaparecido, Jon Antza.




Durante la manifestación, los presentes no mostraron ningún tipo de imágenes o pancartas, excepto la que encabezaba la marcha bajo el lema "Proiektu guztiak, eskubide guztiak" -Todos los proyectos, todos los derechos-.




El acto ha concluido cerca de las 18.45 horas ante el Ayuntamiento de Bilbao donde se ha procedido a la lectura de un un manifiesto.



Han tomado la palabra varios familiares de los detenidos, que han destacado que los arrestados "no son delincuentes, ni ladrones, sino estudiantes y trabajadores, soñadores, generosos y luchadores". "Les conocemos y les queremos, nos llenan de orgullo", han añadido.


Además de pedir su puesta en libertad, han indicado que los detenidos son independentistas y que "esa y nada más que esa es la razón por la que les han detenido", puesto que "su único delito ha sido el ejercicio de sus derechos civiles y políticos".



Por último, han realizado un llamamiento a todos los agentes políticos y sociales vascos, a los que han preguntado "qué futuro tiene un pueblo cuya juventud tiene negados sus derechos".




Madrid, contra la privatización de la sanidad pública, en la manifestación del día 26.

Los comunicados emitidos en la manifestación de ayer 26 de Noviembre.
Para Kaos en la Red

Publicados para internet los tres videos destacados de la jornada de ayer día 26 de Noviembre de 2009, donde muchos madrileños volvimos a levantarnos contra lo que consideramos un robo amparado por la ley y encubierto por muchos medios de forma intermitente o selectiva, y un mareo al ciudadano. Pese a la duración de esta lucha, sigue habiendo muchos ciudadanos que aún desconocen qué ocurre a sus espaldas. Es nuestra responsabilidad difundir al máximo cualquier explicación que pueda aclarar la trágica situaciónde la sanidad pública, no sólo en madrid, sino en otrs comunidades, o en el resto del territorio español. Todos los discursos se quedan cortos, teniendo en cuenta el gran número de sucesos que se dan al mismo tiempo y en una misma línea. Les dejo, media hora de exposición de los hechos, información concentrada, donde también se mencionó la carísima vacuna, y su beneficio para una vez más, manos privadas.

(ver enlace adjunto)

http://www.archive.org/details/26nsanidad

martes, 24 de noviembre de 2009

Estado de excepción en Euskalerria


La juventud siempre empuja,
la juventud siempre vence,
y la salvación de un pueblo
de su juventud depende.

Miguel Hernández (poeta del pueblo)


36 personas detenidas esta madrugada en una nueva redada de la Policía y la Guardia Civil en el País Vasco peninsular

Los arrestados son jóvenes acusados de pertenecer a la organización política Segi



Las agencias Efe y Europa Press cifran en 36 los detenidos esta madrugada en diversas localidades de Hego Euskal Herria por la Policía española y la Guardia Civil, bajo las órdenes del juez Fernando Grande-Marlaska, que se ha desplazado a Donostia junto a dos fiscales y la cúpula policial para coordinar el dispositivo.
Según Efe, a las seis de la mañana la Guardia Civil había detenido a siete personas, mientras que la Policía había arrestado a 29. De acuerdo con esa agencia, las fuerzas policiales han acudido a los domicilios de otras tres personas con la intención de arrestarlas, pero no se encontraban allí.

En Nafarroa, la operación se ha desarrollado en Iruñea, Barañain, Zizur Nagusia y Burlata, aunque de momento se desconocen las identidades de los apresados.

La Guardia Civil y la Policía han registrado al menos 34 viviendas, gaztetxes y otros locales.

Los detenidos son jóvenes a los que la Audiencia Nacional acusa de pertenecer a la organización política Segi.

Los primeros nombres que han trascendido son: Carlos Renedo en el barrio bilbaíno de Otxarkoaga; Zuriñe Ogenaga en Lekeitio; Aritz Petralanda en Zamudio, Joseba Dalmau en Galdakao; Jon Telleria, en Idiazabal y Juan Anda Vélez de Mendizabal, en Gasteiz.

Las fuerzas represivas han acudido a los domicilios de al menos tres personas más que no se encontraban en los mismos, por lo que no han podido arrestarlos.

Siete de los 36 detenidos lo han sido en Navarra, en las localidades de Iruñea, Barañain y Burlata. También se ha procedido al registro de distintos locales y viviendas en Navarra, entre los que estaría el gaztetxe (local juvenil) de Zizur Mayor, según la información que la asamblea de jóvenes de esta localidad ha colgado en su web.

Además, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía han efectuado al menos 34 registros en domicilios, gaztetxes (sedes juveniles) y sociedades gastronómicas. La operación sigue abierta, por lo que puede haber aún más detenciones y registros.

Según las agencias, la operación continúa abierta y no se descartan más arrestos.



LISTA PROVISIONAL DE DETENIDOS


NAFARROA:

Itsaso Torregrosa (Burlata, Policía española)
Garbiñe Urra (Barañain, Policía española)
Jon Ziriza (Barañain)
Raul Iriarte(Barañain)
Amaia Elkano (Iruñea)
Mikel Ezkiroz (Iruñerria)


ARABA:

Aitor Liguerzana (Gasteiz, Policía española)
Jon Liguerzana (Gasteiz, Policía española)
Ion Anda (Gasteiz Guardia Civil)
Bittor Gonzalez (Gasteiz)
Jagoba Apaolaza (Gasteiz)
Zumai Olalde (Gasteiz)
Goizane (Gasteiz)
Unai (Gasteiz)


GIPUZKOA:


Mikel Ayestaran (Villabona)
Euken Villasante (Andoain, Policía española)
Garazi Rodriguez (Legorreta)
Maialen Eldua (Donostia)
Oier Ibarguren (Donostia)
Ihar Egaña (Donostia)
Aitziber Arrieta (Donostia)
Haritz Lopez (Tolosa)
Irati Mujika (Amezketa)
Unai Matxain (Zaldibia)


BIZKAIA:

Zuriñe Gojenola (Lekeitio)
Oier Zuñiga (Bilbo)
Eñaut Aiartzaguena (Iurreta)
Haritz Petralanda (Zamudio)


LAPURDI:

Iker Elizalde (Hendaia)


miércoles, 18 de noviembre de 2009

jueves, 12 de noviembre de 2009

¿En Andalucía tratan de reducir la criminalidad, o también prevenir un estallido social?


¿De qué se congratulaba el Delegado del Gobierno en su fiesta sevillana?
J.M. Álvarez | Para Kaos en la Red |
Delegado del Gobierno en Andalucía
Mientras que en el Estado español se comenzaba a hablar por primera vez de la fórmula alemana para salvar puestos de trabajo-una jornada laboral de 8 horas pagadas a partes iguales por el patrón y por el subsidio de desempleo, pero que implica que por cada fracción diaria de paro percibido, se pierda un día completo del mismo, lo que significa una ruina para el obrero que al final se quedará sin empleo y sin prestación estatal- el Delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, celebraba en Sevilla, el Día de la Policía jactándose del aumento policial en la región. Unos de fiesta, con copas y canapés, y otros sin nada.

La crisis se ceba con Andalucía, y como vino para quedarse (habrá mejorías temporales, pero todo apunta al derrumbe del sistema), la región seguirá siendo el territorio europeo occidental con mayor número de desempleados, pues alcanza una tasa de paro del 30%. Para colmo, se maquillan las cifras, ya que no se consideran los parados que realizan cursos de formación porque, hipotéticamente, van a ser empleados al finalizar aquellos (caso de Delphi en Cádiz), ni otros como los demandantes de trabajo a domicilio, o los de media jornada. Si lo metemos todo en el mismo saco, Andalucía tiene cuatro millones de desempleados efectivos, pero ese dato aterrador no será problema para que el día de Nochebuena, los “representantes del pueblo” canten villancicos en el Parlamento Andaluz; los sueldos de sus señorías permiten ese relajo y esa falta de respeto con quienes lo están pasando mal.

En 2004, se estimaba que uno de cada tres andaluces vivía por debajo del umbral de la pobreza, actualmente más de dos millones y medio viven en esa situación y 300.000 lidian con la pobreza severa. El hambre física comienza a asomar, provocando casos de robos de cabezas de ganado, como reconocen los dirigentes de la organización agropecuaria ASAJA. La crisis general del capitalismo agudiza los problemas de obreros y jóvenes, multiplicando el paro y la exclusión social; por tanto el régimen se protege creando más policía. Curiosamente, la mitad de los nuevos efectivos, irán a parar a Cádiz, provincia a cuya capital (con un fuerte historial de lucha obrera, que sigue ahí larvada, como volcán dormido) la llaman “la capital europea del paro”.

Ante el descontento popular, la estrategia es droga y alcohol a discreción, o bien, exacerbar posturas chovinistas presentando a los inmigrantes como competidores cuando sonhermanos de clase, tan explotados, o más, que los autóctonos. Y si no es posible desviar indefinidamente la atención sobre las causas reales de los problemas, pretenden guardarse las espaldas engrosando plantillas policiales, que, por cierto, es lo único que no decrece ¿De qué se congratulaba el Delegado del Gobierno en su fiesta de Sevilla?, ¿de reducir la criminalidad o de que incrementando el parque de “bomberos”, podrán controlar, a poco que la situación empeore, el fuego que incendiará Andalucía?


http://jmalvarezblog.blogspot.com/

sábado, 31 de octubre de 2009

Carta abierta al Estado español de un represaliado por el franquismo


542º y 143º aniversarios de los respectivos nacimientos de Erasmo y de Valle Inclán.
39º aniversario de un proceso contra varios miembros de ETA que finalizó con nueve penas de muerte y 500 años de cárcel para el resto de los acusados.


A finales del año 2007, el gobierno español promulgó la ley 52 cuyo título, tan prolijo como mentiroso, fue simplificado popularmente como “ley de memoria histórica”. Según su enunciado oficial, esta ley amplía los derechos de los millones de republicanos –españoles y otros- que, directa e indirectamente, fueron perseguidos por el franquismo. Es aquí donde encontramos la única verdad reconocida en esta ley: que los republicanos todavía no tienen los mismos derechos que el resto de los españoles.

Pero, reconocimientos involuntarios y pusilánimes aparte, el verdadero propósito de la ley queda reflejado en su “Exposición de motivos” y no es otro que el autobombo de la llamada “Transición”, una siniestra entelequia en la que no creen ni siquiera sus cuatro paniaguados, como lo demuestra la vergonzosa propaganda que de ella hacen en esta misma ocasión –si tan notoriamente provechosa hubiera sido, ¿qué necesidad habría de propagandearla?-. Y que es pura propaganda oportunista resulta indudable si observamos lo muchísimo que gastan en sonrojantes lisonjas, hipérboles y cacareos cluecos, todo ello para obligarnos a creer que, en palabras de la citada “Exposición”, “el espíritu de la Transición da sentido al modelo constitucional más fecundo que hayamos disfrutado nunca”. Pues habrá sido un espíritu estéril o fecundo pero lo mínimo que la promulgación de esta ley nos enseña es que, de haber sido lo último, ha fructificado muy tardíamente. En cuanto a lo máximo, peor aún porque, pese a que su dilatada gestación era propia del parto de los montes, al final ha parido una rata roñosa.

El paradigma de lo sórdido

A cambio de pregonar la Transición, la ley ofrece unas cuantas limosnas a los represaliados vivos. Es decir, que nada dice sobre los muertos –léase, los asesinados y sus deudos-. O, más angustioso todavía, lo que dice de ellos es de una mezquindad tan insultante que da náusea transcribir los párrafos que les mencionan –véanse los artículos 5 y 6 y, en especial, el párrafo 2.dos bis del artº 7 pero léanse con guantes, mascarilla y un purificador ambiental-.

En cuanto a los (todavía) vivos, las tan manidas palabras horror y sus derivados son insuficientes para describir la sensación que provoca la miseria moral exhibida por los legisladores. La ley abunda en numeritos y numeritos para cuantificar las indemnizaciones pecuniarias que tan dadivosos señores nos ofrecen a los represaliados -justamente lo que siempre hemos desdeñado y, desde luego, nunca hemos pedido-. Ni el más ácido de los dramaturgos del teatro de la crueldad podría imaginar las discusiones que los Padres de la Patria han debido mantener en sus debates internos, tal es la infinita mezquindad que han demostrado al decidir que sólo tendrán derecho a esos céntimos quienes hayan estado presos “durante tres o más años” pero… a condición de que tuvieran 77 años en el 2007. ¿Quién habrá sido el probo funcionario que ¡ha trabajado! para calcular que, introduciendo semejante requisito, el Estado no gastaría casi nada y, a cambio, sembraría confusión en la gente y humillación en los hipotéticos beneficiarios? Aunque la ignominia se haya perpetrado entre mármoles y ujieres, a semejante villano le queda corta la tópica imagen del avaro contando sus monedas en una covacha.

En España, los perjudicados por eso que llaman ‘terrorismo’, gozan de sustanciosos privilegios, sean víctimas o allegados a éstas –aquí el término allegados es tan difuso como concretos son los honores y dineros que devenga-. No me opondría a tamaña generosidad si el Estado se comportara con igual largueza para con las víctimas del terrorismo masivo de los franquistas y el terrorismo selectivo de sus herederos pero, para baldón histórico, el Reyno de España nunca ha calificado, ni retórica ni legalmente, al franquismo como “terrorista” –la ley que hoy nos ocupa tampoco lo hace, pese a que franquismo es sinónimo paradigmático de terrorismo-. Por ello, la esmerada atención hacia unos (numéricamente) pocos perjudicados conlleva un insufrible agravio comparativo para la inmensa mayoría de represaliados que somos los Otros. De ahí que las víctimas del terrorismo actual sólo puedan ser definidos como privilegiados, una categoría inadmisible en cualquier democracia.

Pongamos cifras a lo anterior: en el año 1.999, el Estado español contabilizó 1.300 “víctimas del terrorismo” y presupuestó para su cuidado 46.624 millones de pesetas al año (= 280 millones de euros, 215.000 euros per capita; 323.000 US$ al cambio actual) Como sabemos lo engañosos que son los números estatales, nunca firmaríamos que todo lo presupuestado haya llegado o llegue a los beneficiarios pero, sea cual fuere lo recibido por éstos, estamos ante magnitudes que se han mantenido estos últimos años. Más aún, ansioso por demostrar su (discriminatoria) munificencia, ese mismo Estado se ha esforzado durante la última década en buscar más y más sujetos plausibles de indemnizar y así, registrando hasta debajo de las piedras, durante este año 2.009 ha logrado encontrar a 300 individuos que, probablemente, no se consideraban a sí mismos como víctimas (ver prensa del 27.julio) Es igual, tendrán su indemnización. Vuelvo a lo mismo: todo esto no me parecería especialmente reprobable… si el Estado demostrara igual bondad con las víctimas del terrorismo franquista.

Pero no es el caso ni remotamente y a las cifras me remito: según el artículo 7 de la (maligna) ley, los aterrorizados por el franquismo que ahora sean ancianos de 79 años y que –repetimos- hayan pasado “tres o más años” en las cárceles del no-tan-antiguo-régimen, podrán percibir “por una sola vez” la millonada de 6.010,12 euros y “por cada tres años completos adicionales, 1.202,02 euros”. Por lo tanto, según la cuenta de la vieja, un afectado por el terrorismo actual percibe todos los años no menos de treinta y seis (36) veces más de todo lo que percibirá en toda su vida una víctima del franquismo. Y, recuérdese, estamos hablando de un represaliado vivo que reúna unos requisitos arbitrarios hasta lo indecible -¿a qué psicópata se le ocurriría eso de poner tres años como base mínima?-. Y, además, estamos hablando sólo de dinero, no de las mil canonjías que lleva aparejadas la condición de “víctima del terrorismo”. Y para concluir, estamos hablando de lo que nunca mencionamos siquiera las víctimas del terrorismo franquista –de dinero-.

El lector habrá podido observar que los adjetivos más copiosos en esta primera parte de la presente diatriba, cuando se refieren a la “ley de memoria histórica”, pertenecen al campo semántico de la miseria (miserable, mezquindad) mientras que, cuando se refieren a las “víctimas del terrorismo”, son de uso obligado sus antónimos (dadivoso, munificencia, generosidad). Pues bien, con ser escandaloso este contraste cuando de grandes rasgos se trata, lo es todavía más cuando entramos en procedimientos que, por su orden formal, son aparentemente de menor cuantía. Es decir, que la ley está concebida por unas mentes tan nauseabundas que ni siquiera en algún minúsculo dato perdido podemos toparnos con atisbo alguno de compasión o de grandeza. Conclusión: la ley es el paradigma de la sordidez. Y, como es en esos detalles donde se manifiestan con mayor evidencia los niveles máximos de ruindad y ellos llegan a la psicopatía política aguda y ésta es una enfermedad contagiosa e incurable, en un arranque de piedad, hemos decidido suavizar el epíteto que se merecen los legisladores y calificarlos como simples orates. Por el respeto que debemos a millones de compañeros represaliados y a los verdaderos dementes, es imposible llegar a mayor magnanimidad.

La reparación irreparada

Por todo ello, para continuar y como ejemplo de estruendosa nadería, analizaremos un ejemplo de (supuesto) beneficio marginal: el reglamentado por el decreto posterior a la ley que desarrolla el artº 4 de ésta. Pese a que el aspecto de este Decreto (véase, Real Decreto 1791/2008 publicado en el BOE de fecha 17.XI.2008) es el habitual en las normas positivas -a las que, de serlo, debiéramos prestar un análisis jurídico más acucioso- en realidad es algo bastante menor, algo que podríamos calificar como de “simple procedimiento”: la manera de solicitar y recibir una Declaración de reparación y reconocimiento personal (en adelante, DRRP; véase el artº 4, párrafo 1 de la ley 52 en el Apéndice 1) Aunque la ley 52 está plagada de pormenores similares que, sin duda, propiciarán la proliferación de Decretos parecidos, a nuestro juicio es en esta pseudo-norma 1791/08 donde brilla con más roñería la luz negra de las negras almas leguleyas.

Lo primero que nos llama la atención es el lapso transcurrido entre la promulgación de la “ley de memoria histórica” y la publicación del Decreto de marras: once meses. Casi un año para pergeñar un misérrimo reglamentucho que ocupa menos de tres páginas. ¿Cuántos hipotéticos beneficiarios fallecieron en ese tiempo? Recordando que la mayoría de éstos estaba obligado a tener 77 años en el año de la ley, no cabe duda de que ‘algunos’. ‘No tantos como quisiera’ para el funcionario de turno. ‘Demasiados’ para la verdadera justicia.

Item más, del análisis filológico-cuantitativo del citado Decreto 1791 se desprenden algunos rasgos que serán meras curiosidades pero no son casuales o banales sino ilustrativas –poco, pero significativas-. Por ejemplo: el término justicia se repite 16 veces… pero en todas ellas se refiere al Ministerio de ese nombre; es decir, que aparece siempre en mayúsculas -¿por aquello de burro grande, ande o no ande?-. Por su parte, injusticia se repite dos veces, ambas en el preámbulo, ninguna en el articulado y siempre en minúsculas. Además, Dictadura (a veces acompañada de “franquista”) se repite 11 veces y democracia, una sola. Huelga añadir que el Decreto jamás usa términos como franquismo, terrorismo, tortura, fosas comunes, desaparecidos, fusilamientos, etc.

Por lo demás, el Estado, ¿a qué se obliga según la DRRP?: a enviar una carta. Esa cuartilla, ¿qué dice?: nada, pues sus 132 palabras (timbre, firma y fecha incluidas) se limitan a repetir el encabezado Drrp. Pero, dirán algunos, aunque no comprometan al Estado, las páginas del Decreto 1791 y ese centenar de palabras algo significarán, así sea desde el punto de vista simbólico: error, no hay símbolo alguno puesto que, de haberlo, hubiera sido fagocitado por la mera mecánica, por el automatismo propio de una redacción rudimentaria, corta y mecánica. Por ello, podemos asegurar que, en esta ocasión, el Estado español se ha superado a sí mismo perpetrando unos papeles literalmente insignificantes. Pasaron los tiempos en los que las escrituras del Estado siempre significaban algo, así fuera maléfico e injusto. Incluso podríamos añadir que, en el antiguo régimen, la letra estatal era la que encerraba el mayor significante –al menos para sus súbditos-. Aquello se acabó; la DRRP marca un hito en la historia de la teoría política pues con ella el Estado logra que su letra desaparezca en la niebla de la insignificancia. Ha demostrado que puede acabar con el signo y, de paso, con el símbolo. Debe ser que, ¡por fin!, ha conseguido eso que llaman ‘instalarse en la posmodernidad’.

Pero no seamos tan radicales. Encontremos un resquicio de realidad factual que nos salve del nihilismo. Helo: si acaso, tanto el Decreto como la carta-Drrp sólo sirven para ilustrar cómo y cuándo el Estado es capaz de crear fantasmagorías absolutamente huecas –una habilidad de la que ya teníamos abundantes pruebas aunque nunca tan contundentes-. Y, volviendo a nuestro tema, en definitiva, ¿qué es la DRRP?: la Nada absoluta para el Estado -y, en consecuencia, la Humillación absoluta para los represaliados-.

Esa Nada-DRRP que se agota en sí misma y que no comporta ninguna obligación estatal –ni patrimonial ni ninguna otra según reza el artº 5, #5 de la ley 52-, se materializa cuando el represaliado que la haya solicitado, años o meses antes, recibe una carta del Ministro de Justicia que, tras la morralla de rigor, termina con la frase “EXPIDE en su favor la presente DECLARACIÓN DE REPARACIÓN Y RECONOCIMIENTO PERSONAL”. No hay más. Se acabó. Previamente, el antifranquista ha debido gastar sus energías, sus peculios y su tiempo –ocho meses de media para los casos que conozco personalmente- en acumular los miles de papeles que prueben las torturas a las que fue sometido –una tarea nada fácil pues buen cuidado ha puesto el Régimen en que no quede rastro de su sadismo-.

En otras palabras: por parte del Estado, no hay en la práctica ningún reconocimiento de culpa pues, de haberlo, tendría que ser Él mismo quien buscara en sus propios archivos y expidiera la DRRP ex officio, sin necesidad de que el interesado aportara esas pruebas que, en rigor, sólo posee el propio Estado y de las cuales el represaliado sólo suele disponer de copias sin valor legal o, peor aún, de borrosas fotocopias. Ahora bien, que el Estado no sea culposo significa que el culpable sólo puede ser el Otro -es decir, la víctima-. En otras palabras, el Estado no sólo considera al represaliado como delincuente –¿acaso no fue condenado?, ¿acaso no le estamos indultando y solo se puede indultar al delincuente?- sino que le obliga a demostrar su inocencia: ¿cabe mayor aberración jurídica?

Por ello, no es de extrañar que, desde que el Decreto 1791 entró en vigor en noviembre del 2008 hasta septiembre del 2009, sólo ciento cincuenta (150) represaliados solicitaron la DRRP. Unas quince solicitudes mensuales. Los posfranquistas dirán que tan exigua cantidad demuestra que el franquismo fue un régimen benévolo que propició ‘una época de extraordinaria placidez’ (Mayor Oreja dixit) Los represaliados sabemos que esos 150 compañeros se han visto obligados a pasar por las horcas caudinas de solicitar ese papelucho, sinrazón y afrenta por las que les acompañamos en el sentimiento y, en el caso de quien suscribe, acicate importante para escribir esta diatriba.

Una vez narrados a grandes trazos los pormenores de la DRRP en el tiempo y en la más elemental de las teorías políticas, podemos acometer un breve análisis ideológico de las frases que, arrejuntadas, articulan –es un decir- ese súcubo. La carta puede resumirse en tres expresiones clave. A saber:

a) Reparación moral

Según reza la carta-Drrp, el solicitante “tiene derecho a obtener la reparación moral que contempla la Ley”. Pero, ¿tiene algo que ver la moral con el delito? La DRRP es un oficio jurídico, no un catecismo; la DRRP simula –volveremos más adelante sobre este término- perdonar un delito atribuido por un tribunal español antecesor de los tribunales que administra el ministro que firma la carta. Sólo los tribunales franquistas se permitían –uno más de sus lujos- condenar por actos contra la moral pero este cargo era sólo una propina añadida a los cargos reales que se nos imputaban a los represaliados siendo aquellos de carácter exclusivamente ideológico.

Es evidente que el gobierno emisor de la DRRP se siente heredero de todos los gobiernos anteriores –a presumir de esa herencia le suelen llamar “sentido del Estado”- pero su ministerio de Justicia debería ser un poco más técnico, no estar tan contaminado de la cosmovisión franquista y, a la postre, concentrarse en el delito y dejar la moralina para otras instancias. Todo ello sin necesidad subrayar que, para moral, la de los represaliados ni tampoco de preguntar de qué moral habla, olvidando asimismo que ni los represaliados ni tampoco los súbditos tenemos porqué compartir esa moral cuyo monopolio dice poseer el gobierno.

b) La honra

Si la expresión anterior delata una (intencionada) confusión entre lo civil y lo religioso, la expresión que ahora nos ocupa es puro arcaísmo. “La Democracia española honra a quienes injustamente, bla bla bla”, estipula la DRRP adoptando una pose calderoniana. Honrar, se honra a los difuntos porque poco más puede hacerse con ellos. En términos jurídico-políticos, a los vivos sólo se les puede resarcir si han sufrido injusticias o premiar si se han conducido con heroísmo cívico –es decir, obrando más allá de lo exigible-.

El uso abusivo del concepto “honra” añade el agravio a la injuria pues, siendo el meollo de la DRRP, retrocede la moralina a los tiempos del Siglo de Oro. Teniendo en cuenta que cada una de las 132 palabras de la carta ha sido sopesada por el consabido comité de expertos, es fácil suponer que la palabra central ha sido examinada con lupa. Dicho de otro modo, se ha preferido engatusar a los represaliados con un término ranciamente tradicional antes que situar la Declaración en el campo de la modernidad.

Pues bien, sepan esos expertos que los represaliados tenemos derecho a ser lo que nos dé la gana, calderonianos, punkies o astronautas. Incluso podemos ser simplemente modernos, aunque maldigan los redactores ministeriales. Además, esos sabelotodos también deberían saber que fuimos perseguidos precisamente por defender obviedades parecidas. Defendimos y defendemos valores inmutables –la libertad, el respeto a la vida, etc- pero, si bien es cierto que esos valores también son tradicionales en la historia de España –aunque los oculten los historiadores franquistas- ello es debido a su propia perennidad, no porque hayan sido patrimonializados por esa peligrosa majadería que llaman “el espíritu nacional”. Por ende, señores jurisperitos, no confundan tradición con folklorismo.

Por lo demás, todos los argumentos que hemos esgrimido en el examen de “la reparación moral” pueden igualmente aplicarse a la honra.

c) Reparación y reconocimiento personal

La DRRP pone buen cuidado en recalcar que el reconocimiento es “personal”. Ahora bien, puesto que todas las acciones –delictuosas o de beneficencia- que mantuvimos los represaliados eran necesariamente políticas –o sea, colectivas-, resulta infamante que no aparezca en la DRRP la menor alusión a lo “colectivo”.

Por otra parte, ¿qué carajo quiere decir eso de “reconocimiento personal”? ¿Es que antes no nos conocían y/o es que antes no nos consideraban personas? En cuanto a lo primero, es obvio que el franquismo nos conocía –para nuestra desgracia-. En cuanto a lo segundo, hay que admitir que el franquismo no nos trató como personas pero ese no fue un rasgo exclusivo de los represaliados sino que era su propio fundamento: no tratar humanamente a nadie.

¿Va a retroceder “la Democracia española” hasta el punto de ignorar a las personas? Sonará duro pero si un súbdito –así sea ex represaliado- necesita un papel para ser “reconocido” como persona al mismo tiempo que se le niega la posibilidad de pertenecer a algún colectivo, estamos ante una clara regresión hacia el franquismo. Por todo lo cual, podemos finiquitar el examen de estas tres expresiones clave concluyendo que la DRRP es moralista, religiosa, arcaizante e inhumana.

Pasaremos ahora a otros temas pero antes señalaremos que nos hemos dejado en el tintero algunos otros posibles comentarios sobre lo que nos parecen aspectos menores u obvios de la DRRP. Por ejemplo, ¿por qué dice que la sentencia sufrida por el solicitante es injusta y añade que se emitió “sin las debidas garantías” si, a renglón seguido, se califica como “ilegítimo” al tribunal que la dictó? ¿No hay redundancia en la redacción? Claro que la hay pero no nos parece que ella sea producto de la ignorancia sino algo peor: es un modo de evitar el abundamiento en lo principal, a saber, la ilegitimidad del tribunal franquista. De haberse limitado el funcionario redactor a constatar esa ilegitimidad, hubiera quedado manifiestamente claro que se imponía obrar en consecuencia y la única manera de hacerlo hubiera sido declarar reos a los jueces y magistrados de esos tribunales –al menos, reos de prevaricación ya que ‘victimario’ no es término propio de los jurisperitos-. Justo una de las medidas que comporta la exigencia de justicia que manifestamos los represaliados.

Otro ejemplo: ¿por qué un oficio del ministerio de Justicia emplea términos como “la Democracia española”? ¿qué significa eso en términos jurídicos? Obviamente nada porque la democracia es un sistema político, no una figura legal. Por lo tanto, quien “honra” a los represaliados es, una vez más, la Nada. Y así podríamos seguir indefinidamente, tan numerosos son los vicios que ¿la democracia española? acumula en esas pocas 132 palabras.

Resumiendo, la DRRP es una muestra típica de esa cultura del simulacro que hegemoniza Occidente. Rezuma simulación por los cuatro costados para empezar porque se sitúa en un horizonte de discriminación en los terrorismos: se simula por pasiva que el franquista no existe mientras que, por activa, se cargan todas las significaciones en el terrorismo actual en la creencia de que esta sobrecarga de sentido hará real y pecaminoso un fenómeno político que no admite tamaña simplificación ni tan grosera manipulación.

Por todo lo cual, reconsiderando lo expresado en el primer parágrafo de este texto, podemos concluir que, buena hija de papá Simulacro, la DRRP simula mezquindad pero en realidad es chantaje, humillación, desvergüenza, sadismo y terrorismo “legal” –es decir, franquismo-.

Disposición final

Habiendo sido demostrado por todo lo anterior que el Estado posfranquista no sólo no tiene la menor intención de democratizarse históricamente hablando sino que, por el contrario, reincide con hirientes regularidad y contumacia en ofender a los represaliados que ya ofendió su progenitor el franquismo, es irremediable concluir que, en materia histórica, es fiel copia de su papá aunque se diferencien en los grados de opresión cotidiana –absolutamente intolerable en el original e intolerable a secas en la copia-.

Ello supone que el Estado posfranquista, por mucho que presuma de europeísmo, no puede homologarse a las llamadas “democracias de nuestro entorno”. Entre otros gravísimos motivos porque le separan de ellas 150.000 “desaparecidos” que no son desaparecidos propiamente puesto que se sabe dónde están. Mientras no se permita a sus deudos que los rescaten de las cunetas y mientras que, como ocurre actualmente aunque parezca increíble, deje de empapelarse a los jueces que intenten aplicar la ley de memoria histórica, el Estado español seguirá siendo la más grotesca e hipócrita de las monarkías bananeras –todas lo son pero la española, más-.

Item más, la misma ley de memoria histórica reconoce que hay víctimas pero cae en el más ridículo de los absurdos cuando niega la existencia de victimarios. Semejante “raciocinio”, es exclusivo del pensamiento religioso –valga el oxímoron- pues sólo este tipo de “pensamiento” es capaz de predicar que existe un ente superior e inmaterial que es el único responsable del castigo infringido a las víctimas. ¿Cómo se llaman los Estados que piensan religiosamente?: teocráticos. Pues eso, menos ver la paja en el ojo de Irán y más ver la viga en España.

Otrosí, por ello, mientras otra ley no investigue y castigue a los victimarios, la teocracia española seguirá vigente. Además, debemos añadir que estamos ante una teocracia que goza de excelente salud como lo prueba que, en más de tres décadas, no haya sido procesado ni uno solo de los miles de verdugos que putrefactan el suelo patrio. Verdugos que, encima, todo el mundo conoce entre otras razones porque ellos mismos se siguen vanagloriando de sus crímenes –léanse, por ejemplo, Fraga Iribarne y Martín Villa-. Mientras persista esta odiosa impunidad absolutamente absoluta, el Estado español seguirá clasificado en el pelotón de las teocracias más estrictas, en compañía de los EEUU, Reino Unido –regido por la Papisa de la Iglesia anglicana-, Arabia saudita, Irán y etc.

Concluyendo: por teocrático, el Estado español carece en absoluto de la capacidad cívica que le autorizaría a expedir certificados de moral –ciudadana u otra-. Por lo tanto, en la más benigna de las apreciaciones, sus DRRP son un prodigio de imbecilidad pero, si le aplicamos un escrutinio más riguroso, esas perversas cartitas aparecen como lo que verdaderamente son: un descargo para los verdugos, una humillación excesiva para las víctimas, la más torpe de las maniobras políticas contemporáneas y, en definitiva, un monumento a la mala fe.

Señor Estado español, se lo voy a decir una sola vez: mientras sus actuales sayones estaban adulando a Franco para, poco después, convertirse de la noche a la mañana en “demócratas de toda la vida”, éramos nosotros, los represaliados, quienes, amparándonos en nuestros amigos, nos sacrificábamos para implantar alguna suerte de democracia a España. Lo conseguimos en escasa medida, quizá porque Usted desapareció a muchos de los mejores mediante las muchas maneras que Usted conoce de desaparecer a una persona –no sólo físicamente-. Sé de sobra que Usted sostiene la canallesca creencia en que las desapariciones se pueden indemnizar; lo comprendo porque Usted me ha dado pruebas más que suficientes de que concibe a la ciudadanía como un concepto cuantificable y, por ende, ve al ciudadano como una mercancía susceptible tanto de explotación como de amortización. Pues bien, entérese de que los represaliados aborrecemos de la misma palabra “indemnización”. Llegue Usted a los extremos que quiera o pueda en su afrenta pero sepa que el recurso a la indemnización es la línea roja. Entienda que, por respeto a la memoria de los desaparecidos, siempre exigiremos justicia pero nunca dinero –y se lo digo así, en bruto, para ponerme a la altura de sus zafias entendederas-.

Esa justicia que pedimos puede articularse de muchas formas. Cada represaliado está en facultad de escoger la que le parezca y quien suscribe, aunque sospeche que muchos de mis compañeros comparten estos argumentos, sólo se representa a sí mismo –y eso, no siempre-. Incluso admito que algunos represaliados se verán obligados a aceptar sus odiosas limosnas –una infamia más en su abultada cuenta corriente estatal-. Pero, salvaguardado por este reconocimiento de no representatividad y nula delegación, vuelvo a utilizar un plural nada mayestático sino literal para espetarle, señor Estado español, que con la ley de memoria histórica y con su grotesco colofón de la DRRPP, Usted nos ha provocado gratuitamente. La gratuidad de su afrenta no sólo proviene de un capital moral del que Usted carece y que los represaliados jamás le prestaremos sino también de que Usted se atribuye una tutela sobre nosotros que pretende ser benéfica cuando históricamente ha sido siempre lo contrario y cuando la misma ley de memoria es un agravio más. Sobre los represaliados, Usted sólo tiene la fuerza. No pretenda tener, además, la razón.

Señor Estado español, métaselo en su psicopática sesera: los represaliados estamos orgullosos de haber sido perseguidos. Para muchos, es casi nuestro único timbre de honor pero ¡qué gran honor! Usted lleva décadas intentando enturbiarlo pero ni lo ha conseguido ni tampoco nos lo podrá arrebatar así que -es un consejo gratuito-, no lo intente siquiera y métase sus certificados de buena conducta donde le quepan porque somos nosotros, los represaliados, los únicos que tenemos la fuerza moral para expedir certificados de buena conducta cívica (véase un hipotético borrador de nuestra DRRP en Apéndice 2)

Cada uno de mis compañeros harán lo que les dicte su conciencia pero, por mi parte, sepa que jamás le expediré ninguno ni, huelga añadirlo, jamás solicitaré su DRRP aunque cumpla de sobra todos los requisitos exigidos. Al contrario, por las razones que se enumeran en el Apéndice 2, junto a la presente le extiendo una DECLARACIÓN DE AGRAVIO Y DESCONOCIMIENTO INSTITUCIONAL. He dicho.

APÉNDICE 1

Reproducción de la Declaración de reparación y reconocimiento personal (DRRP):

El Ministro de Justicia del Gobierno de España

Habiendo quedado acreditado que D. MENGANO DE TAL padeció persecución por razones políticas e ideológicas, siendo injustamente condenado en virtud de sentencia dictada, sin las debidas garantías, por el ilegítimo Tribunal de Orden Público [fecha y algún otro detalle de la sentencia]

VISTO que D. MENGANO DE TAL tiene derecho a obtener la reparación moral que contempla la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, mediante la cual la Democracia española honra a quienes injustamente padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura,

EXPIDE en su favor la presente DECLARACIÓN DE REPARACIÓN Y RECONOCIMIENTO PERSONAL, en virtud de lo dispuesto en el párrafo 1 del artículo 4 de la citada Ley.

En Madrid, a … de … de 2009

Francisco Caamaño Domínguez

La anterior trascripción imita al original en su tipografía (letra Arial 12 puntos, uso de negrillas y de mayúsculas) La Declaración es enviada por correo postal en un oficio timbrado arriba a su izquierda por el escudo de España y la leyenda “MINISTERIO DE JUSTICIA”. Hay un sello de tinta, circular, del ministro que acompaña a la firma autógrafa. La apariencia general de este papelucho es similar a la de los diplomas escolares –papel blanco marfil de unos 100 gramos, semisatinado, con el timbre del Ministerio en relieve y el escudo español en colorines-. En el reverso, aparece un sello con el número de registro de salida y otras menudencias meramente administrativas.

Transcripción del artículo de marras de la ley 52:

“Artículo 4. Declaración de reparación y reconocimiento personal.

1. Se reconoce el derecho a obtener una Declaración de reparación y reconocimiento personal a quienes durante la Guerra Civil y la Dictadura padecieron los efectos de las resoluciones a que se refieren los artículos anteriores.

Este derecho es plenamente compatible con los demás derechos y medidas reconocidas en normas anteriores, así como con el ejercicio de las acciones a que hubiere lugar ante los tribunales de justicia”.

NB. Este mismo artículo, en su párrafo 5, añade que la Declaración “no constituirá título para el reconocimiento de responsabilidad patrimonial del Estado ni de cualquier Administración pública, ni dará lugar a efecto, reparación o indemnización de índole económica o profesional”.

APÉNDICE 2

El Represaliado por el franquismo

Habiendo quedado acreditado que la MONARQUÍA española y los GOBIERNOS que la han administrado desde el óbito del genocida Francisco Franco siguen persiguiendo a los republicanos por razones políticas e ideológicas y siguen injustamente condenándonos en virtud de leyes y decretos promulgados sin las debidas garantías jurídicas y sin el menor sentido común,

VISTO que el contumaz ESTADO ESPAÑOL no ha reunido el menor mérito para obtener la reparación moral que contempla el derecho natural, mediante el cual los demócratas españoles honramos a quienes gobiernan en justicia,

EXPIDE en su contra la presente DECLARACIÓN DE AGRAVIO Y DESCONOCIMIENTO INSTITUCIONAL, en virtud de lo dispuesto por la próxima Constitución republicana.

En Madrid, a treinta de octubre de 2009

Firmado: Yo